Gracias a unas mejoras en la tecnología, ahora es posible en Argentina colocar catéteres sin dañar los pequeños vasos sanguíneos y de esta manera brindarles mayor seguridad a los pacientes.
Con la incorporación de un simulador, los médicos argentinos pueden entrenarse en el uso de un catéter y un balón para restablecer el flujo de sangre alterado por un coágulo o placa de aterosclerosis en venas o arterias de entre 1,5 y 4,5 milímetros de diámetro.
El simulador permite generar situaciones complejas que quizás un doctor nunca tenga o que necesite muchos años más de experiencia para vivirlas.
El aparato funciona en el Hospital Italiano de Buenos Aires, donde los especialistas explican cómo responden ante distintas complicaciones durante un cateterismo o de una angioplastia con stent o sin él, una pequeña malla tubular que impide que la arteria reparada vuelva a colapsar.
Cada año, en el país se realizan unas 24.000 angioplastias coronarias, además de las que se hacen en las arterias renales, del cuello (carótidas) y las piernas, y por lo general, cada paciente suele necesitar más de un stent.
Fuente: La Nación
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